Si hay una fotografía que a todo el mundo fascina son aquellas en las que la puesta o la salida del sol es el protagonista. Los colores del cielo y de los lugares que quedan iluminados a esas hora son diferentes a cualquier otro momento del día. Tonos anaranjados, rosas e incluso a veces intensos colores rojos iluminan el horizonte y producen en todos nosotros una sensación de relax y quietud.
Aquí os dejamos algunos de los atardeceres más mágicos que hemos podido disfrutar a lo largo y ancho del mundo.
Atardecer en la Isla de Pascua o Rapa Nui, Chile
Una isla muy especial, unas estatuas de piedra (los moais) que son únicas en el mundo y un lugar aislado en medio del océano Pacífico asegura unos atardeceres de ensueño. Tanto si os gusta ver como el sol desaparecer en el horizonte o preferís el tono dorado que aporta el atardecer a los moais, en la Isla de Pascua estáis de suerte, ya que podréis disfrutar de este mágico momento en varios enclaves de la isla.
Uno de los atardeceres más famosos de la isla tiene como escenario el moai de Ahu Tahai, muy cercano a la capital de Isla de Pascua, Hanga Roa. El solitario moai con ojos, de espaldas al mar, es el escenario perfecto para ver el sol ponerse en el horizonte.
Pero, a nosotros también nos fascina el color de la piedra cuando el sol va desapareciendo al otro lado de los moais. En este caso el mejor lugar para ver como el sol va tiñendo de color dorado las estatuas de piedra es Tongariki , en el otro lado de la isla. Este atardecer tiene el valor añadido de que lo disfrutarás en solitario, ya que este lugar arqueológico es más visitado por las mañanas para ver como el sol sale a espaldas de los moais.
Ambos lugares son perfectos para despedir el sol en la mágica isla de Pascua o Rapa Nui.
Isla de Pascua o Rapa Nui, Chile
Atardecer en el Uluru o Ayers Rock, Australia
La enorme roca que emerge del desierto australiano va tomando distintos colores a lo largo del día. Pero, el atardecer es el momento en el que el Uluru toma un color más intenso, rojizo. Si ya de por si, la enorme mole de piedra impresiona nada más verla, cuando se pone el sol y se tiñe de color rojo es aún más espectacular. Un momento mágico en un viaje a Ayers Rock o Uluru.
Uluru o Ayers Rock, Australia
Atardecer en las ruinas de Machu Picchu, Perú
Todo el mundo quiere ver el amanecer en Machu Picchu. Para verlo hay que levantarse muy, muy temprano, hacer largas colas en el autobús que lleva al recinto arqueológico, llegar antes que salga el sol y esperar que ese día la omnipresente niebla no haga su aparición. Luego se comprueba que el sol sale por detrás de las montañas y que cuando ilumina el complejo inca ya está bastante alto.
Sin embargo, casi nadie permanece en las ruinas hasta el cierre de las misma. Y ese momento es mágico, porque el lugar se queda casi desierto, ya no hay ruido de turistas, ni gente invadiéndolo todo, y el sol va desapareciendo por el otro lado de machu pichu iluminado las ruinas con ese color dorado que solo consigue el atardecer. Las piedras toman otro color, y la soledad y la tranquilidad del entorno hacen de este momento pura magia.
Machu Picchu, Perú
Atardecer en los Templos de Bagan, Myanmar
Para disfrutar de un atardecer en Bagán, tendréis que huir de los templos más famosos, que se llenan de turistas ávidos por ver desaparecer el sol en el horizonte.
Pero, ¿no es más bello dejar el sol a nuestra espalda y ver los colores que toman los templos en la llanura de Bagán?. Si sois de los que preferís esta opción os recomendamos que os acerquéis a Buledi Paya, lugar desde el cual podréis disfrutar del atardecer mágico de Bagán con mucha más tranquilidad y en silencio.
Aquí os dejamos desde dónde ver el amanecer y el atardecer en Bagan
Bagan, Myanmar
Atardecer en Angkor, Camboya
Uno de los lugares más hermosos del mundo es el templo Angkor Wat en Camboya. Lugar poco conocido hace unos años pero que hoy se ha convertido en un lugar invadido por el turismo de masas.
La mayoría de los grupos organizados van muy temprano al amanecer para ver el sol salir por la espalda del templo. Nosotros que huimos de las muchedumbres y preferimos el tono dorado del atardecer, vimos en este lugar uno de los atardeceres más espectaculares del mundo. No esperéis ver el sol desaparecer tras el templo, solo disfrutad del color de la piedra cuando los últimos rayos de sol iluminan la belleza de este lugar.
Angkor, Camboya
Atardecer en el desierto del Wadi rum, Jordania
En completa soledad, solos nosotros dos y el conductor del 4×4 que nos había llevado hasta allí pudimos disfrutar de un atardecer mágico en el desierto rojo de Wadi Rum, en nuestro viaje a Jordania. La arena rojiza tomó en el atardecer un color aún más intenso, no se escuchaba nada ni se veía a nadie en kilómetros a la redonda.
Un momento único que pocas veces puede disfrutarse de esta manera, con la soledad, la arena y el sol escondiéndose como únicos compañeros.
Desierto de Wadi Rum, Jordania
Atardecer sobre los rascacielos de Nueva York, Estados Unidos
El sol poniéndose en el horizonte mientras miles de luces van encendiéndose en los rascacielos de Nueva York, hacen del atardecer en esta increíble ciudad un espectáculo único.
Lo mejor es subir hasta algunos de los rascacielos (nosotros elegimos el Top of the rock en Rockefeller center). Sube a última hora de la tarde y espera sin prisas a que la luz del sol vaya apagándose dejando paso a las luces de la gran ciudad. Miles de luces van encendiéndose poco a poco mientras la noche cae sobre la ciudad de los rascacielos.
Nueva York, Estados Unidos
Atardecer en el Valle de la luna en el desierto de Atacama, Chile
En el desierto de Atacama hay lugares que parecen salidos de otro planeta. Uno de estos parajes es el valle de la Luna, muy cercano a San Pedro de Atacama. Aquí se acercan cientos de visitantes a ver el atardecer. Si te alejas un poco del lugar donde se congregan la mayoría de turistas podrás disfrutar del silencio del desierto mientras el sol ilumina las piedras dándoles un intenso color naranja.
Valle de la Luna Atacama, Chile
Atardecer en el Puente de U-Bein en Amarapura, Myanmar
El puente U Bein, es el puente de teca más largo del mundo y al atardecer se llena de cientos de personas que cruzan de una orilla a otra, monjes con sus coloridas vestimentas naranjas, parejas jóvenes cogidos de las manos, turistas asombrados por la belleza del puente. Todos esperando a que el sol se ponga por uno de los lados e ilumine los maderos clavados en el río que sustenta el puente.
El reflejo en el río y el color anaranjado de todo el conjunto son una de las estampas más bonitas de un viaje por Myanmar.
Puente de U-Bein en Amarapura, Myanmar
